Sin
duda, una de las retransmisiones deportivas más emocionantes que se
pueden ver y escuchar, y cuyo héroe es el protagonista de este post.
No, no hablamos del gran Andrés Montes, que también se lo
merecería, sino de una leyenda del deporte: Michael Jordan.
Considerado
para muchos como el mejor jugador de la historia del baloncesto y uno
de los más grandes deportistas de todos los tiempos, el nombre de
Michael Jordan sigue generando una admiración y respeto incluso
entre aquellos que nunca lo han visto jugar en directo. El legado de
Jordan continúa y lo hará durante mucho, mucho tiempo, pues su
impacto tanto dentro como fuera de la cancha nunca ha sido igualado.
El
draft de 1984, el año que cambió la NBA.
El draft
del 84 es posiblemente el draft con más talento jamás reunido,
junto al de 1996 (con Bryant, Nash, Ray Allen y Allen Iverson) o el
del 2003 (con Lebron, Carmelo Anthony, Bosh o Wade).
En ese
draft del 84 a parte de Jordan, estaban Barkley, Olajuwon o Stockton.
Jordan venía de ser campeón olímpico con la selección
estadounidense (en la final contra la España de Epi, Corbalán,
Martín, etc) y nombrado MVP del año universtario con North Carolina
donde coincidió con el mítico James Worthy y donde ya empezó a
minar la moral de otro ilustre, Pat Ewing.
Jordan
era uno de los favoritos para la primera posición del draft, pero
Houston Rockets decidió elegir al extraordinario pívot Hakeen Olajuwon (ganador de dos anillos). La segunda elección pertenecía
a Portland Trail Blazers, que sorprendentemente elegían a Sam Bowie,
un talentoso jugador muy propenso a las lesiones (posteriormente
reconoció haber escondido una lesión para poder ser elegido en el
draft) y que es considerado a día de hoy como la peor elección en
toda la historia del draft.
Le
tocaba el turno a Chicago Bulls, que elegía a Jordan. Pero
curiosamente no estaban muy contentos con la elección, pues ellos
querían un pívot y no a un escolta.
A partir
de este momento y tras unas temporadas a la sombra de Celtics y
Lakers, lo que todos conocemos, 6 títulos de NBA, otro oro olímpico
y montones de premios individuales.
Nike&Jordan,
la alianza más fructífera de la historia.
No se
puede hablar de Jordan y su impacto mediático sin hablar de Nike, y
sus famosas zapatillas “Air”. El matrimonio Jordan&Nike es
posiblemente el más rentable de la historia del deporte. Sin embargo
la relación entre Jordan y Nike no fue fácil en sus inicios, ya que
al igual que los Bulls no tenían a Jordan como su primera opción,
Jordan tampoco tenía en Nike su marca favorita.
Jordan
quería unas Adidas, pues su diseño era el que más le llamaba la
atención. Sin embargo Adidas no quiso hacerle una oferta y no porque
no considerasen su potencial, pues se intuía ya un carisma en auge,
simplemente Adidas atravesaba una crisis interna tras la muerte de su
presidente en 1978 que se tradujo en una división familiar.
En sus
años universitarios, Jordan calzaba Converse porque era la que
vestía a la universidad de North Carolina, y fue la primera en
presentarle una oferta: 100.000 dólares por año, equiparándolo a
las estrellas que ya calzaban estas zapatillas (Bird, Magic, Erving,
Aguirre, etc). Pero Jordan no lo veía claro, con Converse sería uno
más, nada lo iba a distinguir y además, las Converse habían
perdido el prestigio de antaño y las críticas eran cada vez más
crecientes acerca de su calidad.
Otra
compañía, Spot-Bilt se había interesado en Jordan a raíz de los
consejos de O.J. Simpson, que veía en Michael el deportista con más
filón del futuro estadounidense. Sin embargo, Nike se cruzaría en
su camino.
Nike
había crecido espectacularmente en la última década, pasó de
facturar $28,7 millones en 1973 a los $867 millones en 1983. Sin
embargo, lo que tenía que convertirse en su consagración resultó
ser un agujero en ventas muy importante: los juegos olímpicos de Los
Ángeles 84 y su apuesta por las zapatillas de running no cubrieron
las expectativas creadas, a pesar de tener a Carl Lewis y sus 4 oros.
Nike
tampoco tenía previsto ir a por Jordan, el baloncesto no era su
mercado, pero cuando vieron su enorme potencial decidieron ir a por
él. Nike le ofrecía el contrato más alto jamás firmado, 500.000
dólares anuales por cinco años (siendo las New Balance de James
Worthy las más caras hasta la fecha, 150.000 dólares por año)
añadiendo otros bonus y cláusulas que ascenderían las ganancias de
Jordan en 7 millones de dólares en esos cinco años.
Pero,
por qué del éxito de las zapatillas de Nike&Jordan. Pues la
respuesta la tenemos en la propia NBA. Las zapatillas de Jordan eran
negras y rojas y la NBA tenía una estricta norma en cuanto a las
equipaciones de los equipos y eso incluía las zapatillas, que tenían
que ser preferiblemente blancas, nunca negras. Por cada partido que
Jordan se ponía las zapatillas, el jugador era multado (5.000
dólares por partido) y Nike pagaba dicha multa... y con gusto, pues
la controversia generó una publicidad brutal. La propia NBA había
convertido las dichosas zapatillas en un icono y a Nike en un
referente. Hasta Nike hizo campañas publicitarias jugando con esta
prohibición.
En el
año 1987, Jordan estuvo a punto de dejar Nike, tras varias críticas
por los precios altísimos de las zapatillas y tras la salida de los
diseñadores de las primeras Air. En un movimiento inteligente, Nike
le demostró su confianza a Jordan dejando que él mismo participase
en el diseño de las zapatillas. A partir de ahí nacerían las Air
III, más bajas que las anteriores, más livianas y de mejor calidad,
lo que supusieron un boom de ventas.
Aunque
el gancho de Jordan era innegable, también hay que valorar el
espectacular trabajo de Nike para elevar el tirón de Jordan hasta
límites insospechados, pues sus campañas publicitarias y eslóganes
rompieron moldes en su época, convirtiendo a la marca estadounidense
en un referente de los spots publicitarios.
Además
fue el primero en tener una marca deportiva propia (otros ya tenían
logos y nombres personificados, pero fue la Jordan Brand la primera
en tener autonomía). Actualmente la marca Jordan de Nike, es líder
del sector, en 2012 creció un 25-30%, generando más de $1.750
millones, acaparando el 58% del mercado de calzado de baloncesto
estadounidense y siendo además sponsor de estrellas como Lebron
James, Wade y otros deportistas.
Y esto
pasó con todos sus patrocinadores, como Gatorade. Su enorme
inversión (13,5 millones por 10 años) se vio pronto reembolsada. La
campaña “Be like Mike” lanzada en 1991, se convirtió en una de
las más reconocidas de la historia (la ESPN en 2005 la colocó en el
puesto 7 de las mejores campañas de los últimos 25 años). Cuando
Jordan firmó en 1990, las ventas de Gatorade eran de $681 millones,
y en 2006 en torno a las 1.500 millones. Obviamente esto no es sólo
mérito de Jordan, pero si es verdad que Jordan permitió a Gatorade
la entrada a nuevos mercados, consolidó a Gatorade como la primera
marca de bebidas isotónicas y abrió, nuevamente, el camino a que
otros deportistas firmasen acuerdos con bebidas energéticas.
La
NBA se expande gracias al “efecto Jordan”
Para
mucha gente la aparición de Jordan supuso la salvación de la NBA.
Quizá esta afirmación sea un tanto exagerada.
La NBA
atravesó graves problemas en los 70 que fueron salvados gracias a la
rivalidad surgida entre Magic vs Bird, o lo que es lo mismo Lakers vs
Celtics. Pero sí que es verdad que Jordan le dio otra dimensión al
baloncesto estadounidense.
El
comisionado David Stern (el hombre que dirigió hasta este año la
NBA durante más de 20 años) vio en la figura de Jordan lo que
necesitaba para su ampliación internacional. Stern sabía que en USA
era ya muy complicado arrebatar mercado al football y al béisbol,
por lo que sus miras se posaron fuera de las fronteras americanas;
así nació el Dream Team para los
Michael Jordan junto a Bird y Magic, liderando al Dream Team que maravilló en Barcelona |
El Dream
Team, con Jordan a la cabeza supuso el mayor impacto internacional
que la NBA podía tener, era además la primera vez que el equipo
estadounidense de baloncesto estaba compuesto íntegramente por
jugadores de élite (siempre fueron formados por universitarios). Era
un equipo que contaba con las mayores estrellas de aquel momento y su
misión no sólo era ganar la medalla de oro, sino también la de
llevar la marca NBA a todo el mundo. Y así fue.
El Dream
Team del 92 supuso un antes y un después para la NBA, se gestaba la
ampliación de mercados, se generó el interés global que tanto
ansiaban los directivos. Con cada cita olímpica o mundial era una
oportunidad de llevar la NBA a todas partes, como si de una
evangelización se tratase.
Una
muestra del impacto de Jordan para la NBA la tenemos en las
audiencias de televisión. Cuando el 6 de octubre de 1993 anunciaba
su primera retirada, el impacto fue inminente en las audiencias. Si
la final contra los Phoenix Suns de Barkley en 1993 supusieron un
17,9 de share, en las finales posteriores a su retirada cayeron a un
12,4 y 13,9 respectivamente. Curiosamente, cuando Jordan regresó y
disputó las finales 1996, 1997 y 1998 estos porcentajes crecieron
hasta los 16,7-16,8 y 18,7 (récord jamás alcanzado en la NBA,
llegando el 6º partido a los 22,3) respectivamente y cuando se
volvió retirar, las finales del 1999 cayeron hasta los 11,3.
Según
el presidente de NBA Entertaiment Adam Silver, si los operadores
internacionales hubiesen podido elegir los packs de partidos que
tenían que comprar (la NBA no vende partidos individuales, los vende
por packs), sólo hubiesen elegido los de Chicago Bulls.
Héroe
en Chicago y última aparición en Washington.
Los
Chicago Bulls no eran ni mucho menos una franquicia ganadora, pero
con Jordan consiguieron lo inimaginable (aún hoy se puede decir que
viven de su legado).
Jordan
ingresó unos 90 millones de salario con los Bulls hasta que se
retiró en 1998. Pero eso
Incluso
se construyó un nuevo pabellón, el United Center en 1994, al que
todo el mundo en la ciudad del viento conocía como “La casa que
Jordan construyó”.
Estatua de Michael Jordan a las puertas del United Center |
Incluso
la revista Fortune estimaba ya en 1998 que toda la actividad que
giraba en torno a Jordan (zapatillas, televisión, turismo, etc)
supuso un impacto de $10.000 millones en la economía de EE.UU.
Apartado
de las canchas desde el 1998, Jordan se había enrolado como
directivo en los Washington Wizards en el 2000. Sus decisiones como
ejecutivo fueron muy cuestionadas: aunque redujo el límite salarial
del equipo al deshacerse de jugadores poco productivos, falló a la
hora de planificar la plantilla (como cuando eligió a Kwan Brown por
delante de jugadores como Gasol, Chandler o Parker en el draft de
2001). Pero todo quedó en un segundo plano cuando anunciaba que se
volvería a vestir de corto en 2001.
En su
primera temporada promedió casi 23 puntos y 5 rebotes (incluyendo 51
puntos contra los Hornets) y en su segunda temporada 20 puntos, 6
rebotes, 3 asistencias (siendo el primero en lograr más de 40 puntos
con 40 años en hasta 3 ocasiones); sin embargo los play-offs fueron
imposibles de alcanzar.
En el
plano económico, durante sus dos temporadas, los Wizards
consiguieron convertirse en el segundo equipo con mayor ventas de
entradas (tras su retirada cayeron al puesto 21) y en el año 2003
consiguieron su mejor ejercicio económico.
Jordan,
el modelo de deportista-imagen:
Con un
patrimonio de $650 millones, Jordan sigue generando dinero a pesar de
estar retirado. Gana en torno a los $80 millones anuales gracias a
sus contratos con sus patrocinadores: Nike (60 de esos 80 kilos
provienen de la firma deportiva), Gatorade, Hanes, Upper Deck,
2kSports, Presbiteryan Healthcare y Five Star Fragance. Pero además
ha sabido invertir y diversificar toda su fortuna en diferentes
negocios: seis restaurantes, una franquiciado de concesionarios, un
equipo de motor y su participación del 80% en los Charlotte Bobcats.
A este
impacto comercial hay que sumarle la cantidad ingente de seguidores
que tiene: es el cuarto deportista con más seguidores en la redes
sociales (en Facebook cuenta con más de 20 millones de seguidores),
sólo superado por Messi, C.Ronaldo y Beckham)
Con
Jordan también asistimos al nacimiento de un nuevo concepto de
deportista, el cual ya no dependía de su salario para vivir, sino
que su propio nombre se convertía en una empresa.
En la
NBA ya tuvimos como pionero a Julius Erving, el primero en salir en
anuncios y ser un deportista de marca, y luego con los mencionados
Bird y Magic. Pero Jordan lo llevó a límites inimaginables para la
década de los 90. Que su silueta (Jumpman23) fuese casi tan
reconocida como la silueta del propio logo de la NBA nos dice mucho
de cómo Jordan cambió la visión del mundo del márketing.
Fue el
primer deportista de equipo en ganar más dinero con los contratos
publicitarios que
con el salario de la franquicia (en 1989 sus
ingresos ascendían a $25 millones, pero sólo 4 millones provenían
de su salario con los Bulls, el resto Nike, Gatorade, MacDonalds,
Chevrolet y Coca-Cola). Además su acuerdo con la Wagner Bross, cuya
película (Space Jam) recaudó $230 millones, lo convirtió en un
personaje reconocido por todas las edades.
Se
convirtió en un icono de la cultura del pop, a la altura del más
grande en aquella época, Michael Jackson (de hecho participó en uno
de sus videoclips). Jordan fue capaz de granjearse simpatías por
todo el mundo, por muy difícil que éste fuera: países recién
salidos del comunismo, países comunistas como China donde era el
segundo personaje más conocido tras el líder chino Zho Enlai un o páises
de nula tradición baloncestística como Nueva Zelanda.
Críticas
desde ciertos sectores
Aunque
todo el mundo está de acuerdo en valorar el espectacular rendimiento
en la cancha de Jordan, para mucha gente todo lo que rodeaba a Jordan
fue tóxico para la NBA.
Si es
verdad que la figura de Jordan absorbió a toda la NBA. Muchos de los
seguidores que la NBA tenía, los tenían gracias a Jordan y cuando
éste dejó el baloncesto, estos seguidores también se retiraron.
Pero esta visión creo que responde más a una visión cerrada y
particular que proviene de EE.UU.
Tras la
retirada de Jordan muchos aficionados nativos también se
“retiraron”, las audiencias de la NBA en EE.UU. nunca alcanzaron
los niveles de la era Jordan y ni siquiera contar con jugadores del
nivel de Duncan, O'Neal, Bryant o James ha conseguido lo que Jordan
consiguió.
Pero a
nivel mundial, la NBA creció exponencialmente gracias a su imagen,
los que en los 80 jugaban al baloncesto se podían contar con los
dedos de una mano y el baloncesto europeo estaba marginado a pesar
del enorme talento que había. El baloncesto se globalizó y todos
los niños que no soñaban con ser una estrella del fútbol,
empezaron a soñar con ser el Jordan europeo y lucir las “Air” en
el patio del colegio.
Si
decimos que el impacto de Jordan fue negativo para el baloncesto
estadounidense por todo lo que generó a nivel mediático, también
tendríamos que decir lo mismo de Mohamed Alí y el boxeo, Michael
Phelps y la natación o Joe Montana y el football.
Es
verdad que lo que generó Jordan también tuvo sus consecuencias
negativas; que los jugadores empezasen a recibir más dinero por sus
patrocinios que por sus contratos profesionales empezaba a restar
profesionalidad a una Liga que, con el paso del tiempo, se ha
valorado más por su capacidad de generar dinero y espectáculo que
por generar calidad deportiva. También la búsqueda cansina (por
parte de la prensa y sponsors) de encontrar un nuevo Jordan en cada
universidad y la contínua comparativa con Jordan de cualquier
promesa, nos hacen no valorar en su justa medida la aportación de
jugadores como Lebron o Kobe.
También
se le ha achacado varias veces a Jordan lo poco que usó su imagen
para campañas sociales y políticas. Aunque colabora con muchas
asociaciones caritativas y dona generosas cantidades a la
universidad de North Carolina, si es verdad que quizá no usó su
imagen para defender alguna causa político-social.
Nunca se
vio envuelto en ningún tipo de campaña política, como en su día
lo hizo Alí, ni tampoco en campañas anti racismo, lo que le granjeó
críticas entre sus propios compañeros. Quizá temía lo que le pasó
a Alí, ser un personaje absorbido por la polémica.
Independientemente
de su mucho o poco compromiso social, Jordan era un jugador de
baloncesto y que será recordado por lo que fue, uno de los mejores
deportistas de la historia. Un deportista que cada vez que cogía el
balón, llenaba de ilusión a sus seguidores y de temor a sus
rivales. Un hombre que hacía vibrar a millones de personas y que, a
día de hoy, lo sigue haciendo.
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